viernes, 19 de agosto de 2016

Necrópolis de Chauchilla


Cuando pasamos por Nazca, no nos animamos a subirnos a la avioneta que hace el tour por las archiconocidas lineas de Nazca en parte por ahorrarnos un dinero, en parte por miedo ya que casi todos los años una de esas avionetas se estrella. Sin embargo, si que visitamos un lugar que me impresionó bastante y que pasa inadvertido a la mayoría de los turistas: la Necrópolis de Chauchilla.

 Este complejo de ajuares funerarios bien podría inspirar una película de terror, tanto por la naturaleza de ellos mismos como de su localización al hallarse en medio de un desierto continuamente azotado por el viento, sin construcciones alrededor y al que solo se puede acceder por una pista de gravilla. Pertenecen a la cultura Nazca que floreció entre el 200 a.C y el 300 d.C. siendo una de las primeras culturas pre-incas del Perú.



 Estos restos humanos fueron momificados artificialmente y colocados en posición fetal. Extraían los órganos internos por diferentes partes del cuerpo para posteriormente aplicar resinas que conservasen mejor al difunto. Estas momias se disponían en nichos al aire libre rodeadas de objetos de valor para que los familiares pudieran venir a presentarlas sus respetos.

 Hay que mencionar que estas son probablemente las momias con el pelo mejor conservado del mundo. Espero que se aprecie bien en las fotografías las largas melenas de algunas.



 La cultura Nazca destacó por su elaborada cerámica. Usaban pigmentos minerales que aplicaban antes del horneado, capaces de resistir las altas temperaturas del mismo así que el color duraba indefinidamente. De hecho, los colores de las piezas que se han encontrado están intactos pese a tratarse de cerámicas que tienen en torno a los 2000 años.
En las afueras de Nazca visitamos un taller donde hacían cerámicas de esta manera y el dueño nos hizo una demostración del método.



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