sábado, 27 de junio de 2015

Mis últimas fotos de Bangkok

 Me dio mucha pena dejar Tailandia y Camboya atrás y he estado pensando estos dos últimos meses en algunas opciones para regresar, esta vez un periodo más largo. Pero todo se andará, hay muchos más lugares para visitar y mientras subo estas últimas fotos del viaje estoy haciendo la mochila para mi viaje por Turquía y parte de los países balcánicos.
















jueves, 25 de junio de 2015

El Gran Palacio de Bangkok


De vuelta a Bangkok todavía nos queda un día de vacaciones para visitar las maravillas del Gran Palacio que es de visita obligatoria a pesar de las acumulaciones de turistas y el elevado precio de entrada.












domingo, 21 de junio de 2015

Chiang Mai

 Tras dejar atrás Camboya, nos adentramos una vez más en Tailandia, está vez visitando la ciudad más importante del norte y también aparentemente la mejor de todo el país para celebrar el Songkrang: Chiang Mai.
Durante los tres días que aquí estuvimos está fue la única foto que pude sacar dentro de la ciudad ya que el Songkran que es el año nuevo Tailandes no nos dio ni un momento de respiro: nada más salir del hostel estábamos expuestos a la guerra de agua que tiene lugar en la ciudad durante tres días y tuve que dejar la cámara dentro de la habitación en todo momento para no estropearla. El Songkran es algo increíble, todo el mundo participa incluso si están trabajando. Lo mismo entras a comprar algo a una tienda que el mismo dependiente te tira un caldero de agua por encima.

Este es solo uno de los vídeos que podéis encontrar sobre el Songkran.

A treinta y pico grados uno recibe el agua con alegría pero de vez en cuando alguno añade hielos a su cubo de agua y no hay manera de saberlo hasta que ya estas cubierto por ese agua helada. El único refugio lo ofrecían los templos donde la gente aprovechaba para comer algo y secarse unos minutos antes de volver a la batalla.

 Chiang Mai es bastante más pequeña y apacible que Bangkok y destaca por ser punto de partida de diversas excursiones a pueblos y montañas de alrededor. Hay unas 200 agencias de turismo ofreciendo diversas experiencias a los viajeros a precios bastante moderados. Nosotros decidimos hacer el descenso de un río en balsas de Bambú, visitar una de las tribus de las montañas e ir a visitar a una familia de elefantes.


 La visita a la tribu fue un poco decepcionante. Tan solo nos encontramos con un par de indígenas que estaban ahí para vender sus telas a los turistas que subían a la montaña. Al menos pudimos ver las casas donde vivían y el guía nos contó algo de su historia. La mayoría de las tribus del norte de Tailandía son de origen birmano y viven allí desde que Birmania ocupaba esa parte del país siglos atrás. Otros más recientes pertenecen a minorías étnicas también procedentes de Birmania pero llegaron a las montañas del norte de Tailandia en condición de refugiados.


 El techo de las casas está hecho de hojas y las tienen que cambiar cada pocos meses.

 La hora del baño.


 Típico paisaje agrícola.

 Este pobre monito encadenado en cuanto el guía se acerco le sacó un cigarro del bolsillo.

 Una de las mejores experiencias de todo el viaje fue el dar de comer y bañar a los elefantes. Son animales increíbles y bastante sociables, siempre que les des comida antes. Este pequeño compartía mi gusto por los plátanos.

 Ania y el bebe elefante.

 En este pequeño santuario es donde los elefantes y sus cuidadores viven juntos.

 Montando en Mr. Ek.

Songkran!

sábado, 13 de junio de 2015

Siem Reap y Angkor Wat

 Hay mucha tradición y autenticidad camboyana en Siem Reap pero no la encontraras en el centro de la ciudad, donde todos los establecimientos están orientados a satisfacer las necesidades (y perversiones) de los turistas occidentales: cafeterías francesas, heladerías italianas, restaurantes mejicanos, cervecerías alemanas... y no solo eso; a cada vuelta de la esquina hay conductores de tuk-tuk que te ofrecen un viaje físico y si no, sensorial ya que venden todo tipo de drogas, además casi todas las salas de masaje son de las que ofrecen un "final feliz".
A nosotros desde luego nos gusto mucho más los alrededores de la ciudad, en especial el mercado nocturno donde no se ve ningún turista y la gente te mira con un signo de interrogación pintado en la cara como si hubieras entrado en un mundo al que no perteneces pero en el que eres bienvenido, como pudimos comprobar más tarde.

Después de un paseo por entre los exóticos puestos donde se vendían desde sandalias a bichos para comer, el hambre nos empujo a una especie de terraza donde había bastantes personas sentadas en corros en torno a un fogón donde cocinaban a la parrilla diferentes tipos de pescados y carnes. En cuanto nos sentamos una pareja que estaba comiendo junto a nosotros se apresuro a explicarnos como iba el rollo y acabamos charlando sobre las innumerables diferencias entre Camboya e Inglaterra.

 Por supuesto la principal razón por la que Siem Reap tiene tantos turistas es por el impresionante complejo de templos que hay al norte de la ciudad. De hecho la extensión de este valle de templos supera ampliamente la de la propia ciudad y es visitado por más de dos millones de personas al año.

 De todos los templo que hay el más importante y el que aparece enmarcado en postales e imanes es Angkor Wat, el monumento religioso más grande del mundo. Si alguna vez venís a verlo os recomiendo madrugar porque si no habrá una marea de turistas que os impedirá disfrutarlo como se merece que es lo que nos pasó a nosotros que acabamos apreciando mejor otros templos del valle mas pequeños pero menos concurridos.

 No comentaré la historia del lugar más que fue la capital del Imperio Jemer durante el siglo XII y XIII y que dicho imperio se paso cuatro pueblos honrando a Buda y prueba de ello que no hay nada igual en toda Asia.

 Los monos que viven en la zona de los templos son super graciosos pero cuidado porque intentan robar la comida a la gente que pasa junto a ellos. Nosotros como no teníamos nada nos quedamos un rato con ellos a ver como robaban la merienda a los demás.


 Recorrer la distancia que hay entre los templos a pie es una locura así que alquilamos unas bicis para ganar tiempo y libertad de movimiento eso sí, había que tener precaución por los elefantes ;).