domingo, 3 de mayo de 2015

Bangkok: primer día

 Al fin en Bangkok! que bien me sentí cuando aterrizamos en el principal aeropuerto de la ciudad tras innumerables horas viajando sin poder dormir. Me hice Leeds-London-Heathrow-Bahrain-Tailandia sin dormir nada envidiando la facilidad de Ania para dormir en cualquier situación. Es una cosa polaca, en realidad ellos nos dan mil vueltas a los españoles a la hora de dormir la siesta lo que pasa es que el mundo no lo sabe, solo las personas que viajan con ellos.
Nada más llegar, primer marrón: no podemos sacar dinero con nuestras tarjetas de débito y no tenemos ni un Baht para coger el taxi al hotel. Empezamos a maldecir a nuestro banco, cuando de repente veo que todavía tengo la master card universitaria de Santander con algo de dinero dentro. Gracias a ella pudimos llegar al hotel y más tarde gracias a mis padres y al banco de Ania que autorizó su tarjeta pudimos continuar el resto del viaje. Ya en el hotel pudimos dormir y coger fuerzas para el día siguiente.

 El primer templo importante que vimos fue Wat Chakrawat, un templo que tiene un estanque con cocodrilos dentro.


 Según caminamos hacia el centro, donde está el gran palacio vimos muchísimos tailaneses llevando flores amarillas para dejar en las estatuas de Buda y en cierto momento pasamos por un mercado donde solo vendían esos adornos florales.

 Al final optamos por hacer el resto del recorrido en barca ya que el palacio queda más lejos de lo que pensábamos mirando al mapa y el calor hace difícil caminar. El recorrido me encanto ya que pudimos contemplar las casas típicas de los tailandeses que viven junto al río.

 Cuando al fin llegamos al Gran Palacio, un señor que llevaba una licencia colgando al cuello se dirige a nosotros y nos dice que el templo está cerrado y que abrirá más tarde y que tendríamos que ir a la oficina de turismo y a ver al Buda gigante que está de pie. Le creemos como imbéciles y el tuk tuk nos lleva a la oficina de turismo y a ver al Buda pero también a tiendas donde al parecer le dan dinero por llevar turistas. Lo bueno es que nos costo todo el viaje medio euro y pudimos ver al gigantesco Buda.


 Para la vuelta ya no nos daba tiempo para ver todo el Gran Palacio así que decidimos dejarlo para otro día y dirigirnos a Wat Pho, un gran templo famoso por su Buda tumbado y su escuela de masajistas.



El masaje tailandes fue la mejor experiencia del día, es barato y te deja como nuevo.

 A 35º con humedad no es tarea fácil andar por los templos.





 En el camino de vuelta es momento de disfrutar de la deliciosa y sobre todo barata comida callejera que ofrece la ciudad. A cada pocos metros hay un puesto de comida con diferentes cosas.



 Atardecer en Bangkok
 En Chinatown encontramos este curioso templo chino que estaba lleno de motos.
Ania relajándose en el hotel.

No hay comentarios:

Publicar un comentario