Imaginad por un momento un pintoresco fiordo noruego, situadlo en las cálidas aguas del mar Adriático, colocad en su interior un pueblo medieval fortificado y llenadlo de lo mejor de la cultura montenegrina. Eso es Kotor y espero que mis fotos os ayuden a conocerlo un poco mejor.
Las vistas desde lo alto de la fortaleza es probablemente lo mejor de la visita.
Menuda sorpresa cuando bajando de la fortaleza oímos el movimiento de unos arbustos y encontramos a esta tortuga intentando descender la montaña poco a poco.
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