En la frontera con Albania se haya un lago de agua cristalina que nos recomendaron visitar varios viajeros frente al resto de opciones que Macedonia puede ofrecer. Así pues, sin pensárnoslo dos veces nos subimos a un autobús nocturno con destino Ohrid.
Un paseo por el lago.
La iglesia de Ohrid.
Una tumba con vistas de muerte.
Aguas cristalinas.
Sveti Jovan Kaneo.
Degustando Ajvar.
La fortaleza del zar Samuel.
Ania desde lo alto de la torre.
Casi en el otro extremo del lago, muy cerca de la frontera con Albania visitamos Ljubanista y el monasterio de San Naum que fue erigido en el año 905 cuando esta zona era parte del Imperio Búlgaro.
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